Cómo debe jugar tu empresa

Nota del editor: Nos complace ofrecer un extracto del libro El pase perfecto escrito por Ed Weenk y publicado por Libros de Cabecera.
Antes de empezar a trabajar en las habilidades individuales de los jugadores y en los procedimientos estándar requeridos, normalmente el entrenador invertirá el tiempo suficiente para explicar al grupo dónde quiere llegar, cómo cree que el equipo puede llegar allí, cuál es el encaje y el papel de cada jugador dentro del conjunto y qué es lo que hará para asegurar que los objetivos se alcancen. Todo ello basado, por supuesto, en el plan que se hizo en la preparación durante la pretemporada.
El entrenador intentará transmitir a sus jugadores la estrategia y el plan de acción, explicará la visión que está tras ello, trabajará en la creación de un verdadero espíritu de equipo, donde cada jugador realmente se sienta una parte de un conjunto con una clara misión. En un equipo de fútbol, la tarea de transmitir la estrategia, la visión y los valores corresponde evidentemente al entrenador, aunque en última instancia sus asistentes, el director técnico, e incluso el presidente, deben transmitir el mismo mensaje. En cualquier caso, la potencia del mensaje depende tanto del mensajero como de la forma en que se comunica el mensaje. En esto me gustaría destacar la importancia del toque personal del entrenador.
¿Qué ocurre muchas veces en el mundo empresarial? Es cierto que muchas empresas han pasado por el proceso mecánico de la definición de una visión, el desarrollo de una declaración de misión y materializado por escrito sus valores, pero por desgracia, muchas veces eso es justamente lo único que queda: un documento en papel. Ya puede estar colgado en la pared cerca de la entrada o en el tablón de anuncios en la cafetería o publicado en la intranet o en la página 2 del Informe Anual que no deja de ser simplemente papel. Tengo la impresión de que en la práctica en muchos (demasiados) casos no se lo toman demasiado en serio, al menos no aquellos a quienes en la primera instancia iba dirigido: los empleados. Cuando visito empresas, me doy cuenta de que pocas personas se muestran realmente orgullosas de su declaración de misión o de los valores de su empresa. A menudo es: ¡Oh, así es como quieren que seamos oficialmente! o Bueno, es más o menos lo mismo que cualquier otra compañía, o comentarios similares.
Si ese es el caso, ¿por qué invertir tanto tiempo y dinero para formular estas cosas? O, si es que se considera importante, ¿por qué no asegurarse de que «se vivan» de alguna manera? En última instancia, la visión, la misión y los valores de la empresa forman parte de las herramientas auxiliares de una empresa para ir eficazmente en la dirección a donde quiere ir. De lo contrario, parece una gran pérdida de tiempo y dinero (además, si los directivos ni siquiera son capaces de convencer a su propio personal del mensaje, obviamente es mucho menos probable que los clientes sí crean en ello). Tal vez el director, como el entrenador con su equipo, necesite esforzarse y añadir un toque personal para llevar el mensaje a su plantilla.
¿Hasta qué punto crees que tu personal conoce bien la estrategia, la propuesta de valor y las competencias críticas de la empresa y hasta qué punto crees que tienen claro que ellos mismos en su conjunto forman una parte crucial de la ejecución de la estrategia y exactamente cómo encaja cada uno de ellos?
Por ello, independiente de si quieres utilizar conceptos como visión, misión u otros instrumentos para transmitir tu visión y estrategia y su desarrollo, parece útil hacer la siguiente reflexión:
Preguntas que pueden ayudar en la reflexión:
- ¿Hasta qué punto están tu estrategia y propuesta de valor explícitamente publicadas?
- ¿Hasta qué punto crees que la gente es capaz de vincular estas declaraciones estratégicas a sus propias tareas y los problemas que encuentran en su trabajo diario?
- ¿Hasta qué punto crees que la estrategia es algo que está «vivo» dentro de tu equipo (tienes la sensación de que están entusiasmados, de que comparten la visión)?
- ¿Estás seguro? ¿Cómo lo sabes?
- ¿Qué has hecho recientemente para difundir la estrategia entre tu plantilla? ¿Cuán eficaz crees que ha sido?
- ¿Hasta qué punto crees que la gente comprende con claridad la relación entre sus propias tareas y actividades, y la visión global estratégica?