El invento del champú sólido de Lush
Échele un vistazo. ¿Es una pastilla de jabón? ¿Una hamburguesa de espinacas? ¿Una esponja? ¿Algún tipo de pastilla energética? Ante usted tiene el equivalente no a uno, ni a dos, sino a tres botes de champú comprimidos en una pastilla sólida. ¡Esta es una manera de innovar de forma disruptiva!
¿Qué vendemos cuando vendemos champú? ¿Qué beneficio obtienen los clientes? ¿Cuál es el valor? Cabello limpio, por supuesto. ¿Y qué otro ingrediente requiere el lavado del cabello, y que no es necesario proporcionarle al cliente, porque ya lo obtiene por sí mismo? Agua, por supuesto. ¿Entonces, por qué las fábricas de champú bombean, procesan, embotellan, almacenan, transportan y venden agua, y luego el cliente desecha la botella de plástico, si no es necesario proporcionarle agua?
Ese fue el punto de partida de Lush Fresh Handmade Cosmetics, una empresa británica fundada hace veinte años, cuando empezó a trabajar en su línea de champús sólidos.
La compañía lo explica así: «Los inventores trabajaron con Stan Krysztal, uno de los mejores expertos británicos en cosmética, para crear estas ingeniosas pequeñas barritas a partir de una buena base de champú, con ingredientes de calidad y buenas fragancias que, lo mejor de todo, no requieren envase. Práctico para viajar, compacto y fácil de usar, cada barra equivale a tres botellitas de champú. Estas humildes barritas son probablemente uno de los grandes inventos que hemos creado». Al equipo de Lush le encanta alardear de ello. Pero, ¿qué piensan los clientes? Es normal que un determinado número de personas rechace este extraño tipo de champú. Es el caso de mi hermano pequeño. «Yo soy una persona normal», me dice. «Me gusta el jabón sólido y el champú líquido, y no al contrario».
A pesar de mi hermano, el invento de Lush ha sido un gran éxito desde su lanzamiento en 2007, tanto de clientes como de imagen, creando un público seguidor incondicional del producto. Un ejemplo proveniente de Boston: «Créame, yo también era escéptico. ¿Una piedra de champú…? Pero después de probarlo varias veces acabé convenciéndome. La piedra parece durar para siempre (si la dejas en un lugar seco después de usarla), y hay una gran variedad de fragancias. Pero lo más importante, es muy eficaz y agradable. Y por 10$ la pastilla, es mejor compra de lo que parece».
Aún así, las buenas críticas y las ventas crecientes no son lo único bueno. La compañía está haciéndolo bien en la parte de los costes. Sólo en 2013, la compañía evitó producir, embotellar y distribuir seis millones de botellas de plástico y ahorró 450 000 litros de agua. Además, el transporte es mucho más barato, de forma que su coste por lavado es quince veces inferior al de los champús líquidos tradicionales.
Actualmente el producto se vende en 830 comercios en 51 países.