Hablar en público: qué quieres conseguir con tu charla

Nota del editor: Nos complace ofrecer un extracto del libro Hablar en público en 4 pasos escrito por Cristina Juesas, Agustí López y Robert Ferrer y publicado por Libros de Cabecera.
La pregunta clave, la madre de todas las preguntas, es: ¿para qué tengo que hablar en público?
¿Cuál es tu «para qué» particular? ¿Qué es lo que quieres conseguir de tu audiencia? ¿Qué es lo que te gustaría que una persona hiciera tras escuchar tu presentación? Para definirlo, puedes escribir una lista ordenada por prioridades con las cosas que te gustaría que le sucedieran a tu audiencia. Por ejemplo:
- Que conozca mi proyecto
- Que acepte una propuesta
- Que realice una acción
- Que se suscriba a una publicación
- Que adopte una posición determinada con respecto a un tema
- Otras…
La mayor parte de las comunicaciones en público tienen como objetivo informar, ampliar el conocimiento que tus oyentes tienen sobre lo que vas a hablar, que tu audiencia conozca formas diferentes de hacer determinadas cosas, realidades que quizá no están siendo reconocidas, compartir logros sobre un proyecto, notificar sobre los siguientes pasos a seguir, hacer saber que necesitas una cantidad de dinero como inversión para lograr unas metas, etc.
Otro de los objetivos comunes en la mayoría de las presentaciones en público es que quieren persuadir a la audiencia: para que hagan una acción, para que dejen de hacer algo o para que piensen de determinada manera sobre un tema. Por ejemplo, cuando la activista Greta Thunberg habla en público lo hace para informar sobre la situación de crisis climática y, además de querer que su audiencia conozca esta realidad, también quiere persuadirles para que emprendan acciones para lograr que reduzcan su impacto ambiental.
El tercer objetivo más común al hablar en público es entretener. El caso más representativo son los monólogos humorísticos. En esas charlas el objetivo máximo es entretener a su audiencia y conseguir que se rían. Aunque no siempre el objetivo del entretenimiento es hacer reír. Puede ser que quieras entretener y que quieras conseguir que tu audiencia se asuste, llore, experimente el suspense, se ponga en tensión o sienta cualquier otra emoción que tú quieras. Y eso es lo que consiguen con sus comunicaciones en público personas que trabajan como guionistas o escritores de obras de multitud de géneros (drama, terror, acción…). Cuando tu audiencia está entretenida con tu presentación, tienes más probabilidades de que tu idea sea recordada y logres conseguir los objetivos que te hayas planteado más allá del entretenimiento. Y para lograr entretener a tu audiencia, la mejor forma posible es que consigas generarle emociones. No te preocupes si aún no sabes cómo hacerlo, porque precisamente para esto estamos aquí.
En cualquier caso, dentro de todas las posibles respuestas a la pregunta inicial de «¿para qué tengo que hablar en público?», debes descartar aquellas que tengan que ver con la venta directa. Es decir, «yo lo que quiero es que compren mi proyecto/producto/servicio».
Te preguntarás por qué, pero la respuesta está en tu interior. Cuando nos percatamos de que alguien tiene intenciones de vendernos algo de forma muy directa, instintivamente desconfiamos de lo que nos está contando. Recuerda cuando llamaban a la puerta de tu casa unas personas bien vestidas, con un discurso ensayado y unos libros bajo el brazo. O cuando ves un anuncio en la teletienda. Cuando detectas que el para qué principal de la comunicación es vender algo, se activan todas las alertas, desconfías y es muy complicado que logren enamorarte con su presentación.
Si conoces las charlas TED, las populares charlas cortas de 18 minutos o menos que comparten ideas inspiradoras sobre casi cualquier tema, te habrás dado cuenta que entre las miles que puedes encontrar en su web, por ejemplo, hay infinidad de para qué diferentes. Y ninguno de ellos es venderte un producto o servicio. La organización prohíbe expresamente que en sus charlas se puedan hacer alegatos de venta. Y las personas que participan como ponentes pueden mencionar sus proyectos u otros que les sirvan de referencia para compartir su idea, pero no hacer promoción de ellos. ¿Y por qué?, te estarás preguntando, pues porque la finalidad de estas miniconferencias es generar charlas que enamoren a la audiencia, que la enganchen. Y a juzgar por la repercusión mundial de estas charlas, es un buen consejo a seguir. Aquí tienes algunos ejemplos de para qué:
- Quiero que después de escucharme cambien su forma de ver el mundo sobre este tema
- Quiero que reflexionen sobre las consecuencias que tienen sus decisiones de compra en el planeta
- Quiero que reduzcan el consumo de plástico
- Quiero que descubran el poder de la comunicación no verbal cuando hablan en público
- Quiero que me reconozcan como un buen ponente
Veamos en la práctica un caso de para qué: si eres comercial de una empresa de cepillos de dientes de bambú, tu para qué no tendrá que ser que tu público compre cepillos de bambú, sino que se reduzca el consumo de plástico para mejorar la salud del planeta. La salud del planeta mejorará la salud de todas las personas. ¿Y cómo se reduce el consumo de plástico? ¡Bingo! Una de las opciones seguramente será comprar cepillos de bambú.
Steve Jobs, el CEO de Apple fallecido en 2011 y famoso por sus presentaciones, jamás vendía sus productos cuando estaba sobre el escenario. Su estrategia consistía en informar de todas las aplicaciones que ofrecían sus aparatos, para que los oyentes se dieran cuenta de que podían conseguir aumentar su productividad o simplificar el tiempo que demoran ciertas tareas gracias a la tecnología. Como consecuencia de lo maravillosos que eran sus productos, todo el mundo corría a comprarlos.
Aunque hay más finalidades, las tres principales cuando se habla en público suelen ser estas tres que hemos enunciado: informar, persuadir y entretener. ¿Y cómo puedes lograr todo esto a la vez? Con un recurso que te enseñaremos a usar a lo largo de este libro, el poder de las historias o storytelling.
La atención de la audiencia es un tesoro muy disputado
Vivimos en un mundo que está saturado de información y todo tipo de comunicaciones que nos llegan por tierra, mar y aire. Así que cada vez es más difícil destacar, dejar huella y lograr que nuestra audiencia nos recuerde.
La atención está cada vez más fragmentada, expuesta a miles de impactos diarios en todo tipo de formatos y soportes. No tener esto en cuenta en el momento de preparar una charla es un error estratégico que te puede costar caro. Que consigas los objetivos de tu charla, de tu presentación, depende por completo del grado de atención que logres captar en tu audiencia. Por eso es tan importante que consideres, cuando te prepares para hablar en público, que tú eres otro foco más en ese mundo de preocupaciones, temas que atender y mensajes para cada una de las personas que están en tu audiencia.
Nos proponemos que aproveches esta oportunidad para destacar, en lugar de hacer una charla más, una de esas que se olvidan para siempre. Para que tu presentación sobresalga entre millones necesitas que se eleve y brille entre el ruido del entorno. Y esto se ha convertido en un auténtico reto en un mundo que vive en riesgo de sufrir pandemias que reducen los canales de comunicación a las posibilidades de un único entorno: el digital.
Para ello es necesario que dediques tiempo a pulir la joya que regalarás a tu audiencia: una idea que transforme su forma de ver una parte del mundo.