¿Quieres saber cómo convertir cincuenta mil dólares en cincuenta billones de dólares?
¿Quieres saber cómo convertir cincuenta mil dólares en cincuenta billones de dólares? Aprovecha las oportunidades. ¡Todas! Voy a hablar ahora de cómo reconocerlas para no perderlas.
Alguien que sabía muy bien aprovechar una oportunidad fue el fundador de Microsoft. Él inventó una fórmula para convertir cincuenta mil dólares en cincuenta billones de dólares. Su nombre es William Gates III, más conocido como Bill Gates.
En 1981, la joven Microsoft de Bill Gates y Paul Allen tenía un reto: desarrollar un sistema operativo que permitiera a los usuarios comunicarse con los primeros ordenadores personales fabricados por IBM.
Apple ya había lanzado el primer Macintosh cuatro años antes y fue un gran éxito, pero era un sistema cerrado, es decir, no permitía a los usuarios intercambiar componentes. Un PC del tipo de IBM, como se sabe, se puede montar en el hogar, comprando piezas en tiendas de electrónica o en internet. En informática eso significa tener una arquitectura abierta.
Entretanto, el PC creado por IBM no tenía sistema operativo, es decir, un programa que permitiese al usuario o a otros programas comunicarse con la máquina. Antes de su lanzamiento en el mercado, IBM solicitó a algunas compañías de software que creasen ese sistema para ser vendido junto con su PC.
Ahí es donde Bill Gates entra en la historia. Él ya había previsto que en el futuro, los PC similares al de IBM prevalecerían, debido a su arquitectura abierta. Así que decidió participar en el concurso con una estrategia en mente: vender una licencia del sistema a IBM por un precio económico y tener una participación en las ventas. Si su sistema operativo se convertía en estándar, entonces ganaría dinero mediante la venta de los programas que el usuario final utiliza, como procesadores de texto u hojas de cálculo compatibles con su sistema operativo. Para IBM fue un negocio brutal. Por cada comprador, tendría un ahorro de alrededor de quinientos dólares.
Gates entró en la carrera, pero con un pequeño detalle: ¡simplemente no tenía un sistema operativo que entregar!
El futuro multimillonario se enfrenta a dos opciones: escribir el programa desde cero o comprar algo ya hecho. En la primera opción podría pasar a la historia como el creador del primer sistema operativo para ordenadores personales y se sentiría bastante halagado con el título. En la segunda opción podría pasar a la historia como el primer y más grande multimillonario de la era de las computadoras personales. Como todos saben, Bill Gates eligió la segunda alternativa. El momento decisivo fue cuando Gates, dejando a un lado la vanidad, descubrió que un joven programador de Seattle, Tim Paterson, había escrito un pequeño programa para testar ordenadores y le ofreció cincuenta mil dólares por el código. El programa fue llamado QDOS por el propio autor. QDOS, créanme, es el acrónimo de Quick and Dirty Operating System (Sistema operativo rápido y sucio).
Una de las versiones de esta historia es que el joven no se lo creía al ver a Paul Allen delante, con un maletín con el dinero. Con la boca abierta, le habría preguntado a Allen:
—Pero ¿por qué queréis pagar todo este dinero por esto? ¡Es solo un programa, y ni tan solo es de los mejores!
Allen, obviamente, no respondió por qué. Solo le preguntó:
—Bueno, ¿quieres los cincuenta mil dólares o no los quieres?
El programador estaba seguro de que estaban locos y tomó el dinero rápidamente, antes de que cambiaran de opinión.
Tim Paterson vio solo un programa. Bill Gates vio en ese mismo programa la mayor oportunidad de su vida y una montaña colosal de dólares en el futuro. Con ese pequeño programa, Gates pudo entrar en la órbita de IBM y llevar a cabo su estrategia que, una década más tarde, le convertía en multimillonario.
Esa es la diferencia de quien tiene Ojo de Tigre: no menosprecia las oportunidades, aunque parezcan menores.